Uma reflexão, de Eladio García, Doutor em História Moderna : - La fértil imaginación de Leonardo, aplicada a la guerra, ideó muchas y nuevas armas. Sin embargo, ninguna se llevó a la práctica en su tiempo; en muchos casos porque no disponía de los medios técnicos para realizarlas, como sucedió con sus cañones de retrocarga; otras veces, la indefinición del proyecto fue lo que impedió su materialización, siendo su "submarino" el caso más evidente. Concretamente, respecto a esta innovación, el proprio Leonardo justificó su falta de definición por miedo a "la demoniaca naturaleza del Hombre, que puede practicar asesinatos en el fondo del mar agujerendo los barcos ... y hundirlos junto con sus tripulantes". La afirmación puede parecer curiosa, pero no hay que olvidar que Leonardo era un hombre del Renacimiento, un humanista, es decir, un típico personaje de su tiempo, con grandes conocimientos de pintura, arquitectura, ciencia o temas militares. Las ideas de Leonardo no pretendían desarrollar una teoría militar o estratégica, ni él se creía Alejandro o Aníbal. Simplemente, aportó conocimientos que creía podían ser interesantes para la manera de combatir. Por otro lado, hay un aspecto a considerar a pesar de la falta de realización práctica de sus inventos: en 1482 Leonardo entró al servicio de Sforza, como pintor, arquitecto e ingeniero de fortificaciones. Ignoramos si éste creyó en sus armas maravillosas, pero seguramente pensó que era preferible contratarle a ver cómo sus enemigos hacían uso de cañones de tiro rápido, gases asfixiantes o primitivos tanques. Posteriormente en 1500, Leonardo asesoró a Venecia en temas de fortificación, y en 1502 trabajó para César Borgia como asesor militar. Precisamente trabajando para el duque de Romaña, Leonardo pudo llevar a la práctica sus conocimientos como topógrafo, realizando una importante mejora en la realización de mapas militares, usando técnicas avanzadas, como la vista de pájaro o la perspectiva a partir de ángulos oblicuos. Postado por Arlindo Sena.
